Allí, Aquí

Demasiados anuarios. Miles de metros,
Separando de lo que ayer engendramos.
Hoy libran con esfuerzo sus quehaceres diarios
En un espacio-tiempo que no curva en encuentros.
No existe en ese universo cuánticos gusanos
Que liberen, corazones solitarios
De ayer y hoy, ya desesperados.
Y en los últimos estertores esperando
El gusano que bata la barrera entre amores
 que aman en confusión envenenada
por pasiones diabólicas de Allí y de Aquí.

y en ahora.

                                       



                                                 Entre rosa y azucena

                                                 brota, sin aprehender, la espina

                                                 el amor que  la rosa emana

                                                 ni el aroma de amistad elfina.

                                                 Para adornar un destino que deszoca

                                                 en el camino del espino sin impronta.

                                                 Azucena, espino y rosa rota.


                                                        




2015

 Lento se va consumiendo
El viejo y último leño
Alumbrando el tiempo
Que transita el invierno
Para despedir un año heño
Que cárdeno, va muriendo
en  la deshonra miserable
de permitir el desahucio cierto
la calumnia y el dolor
el suicidio y el pavor
de la gente en la pobreza
y una España sin color
Esperando que dos mil dieciséis.
Traiga lo que anheléis:
  valor sublime para aceptar
Que esta tierra es diversidad
Feliz venga 2016 




Inmigrante


A mi lado, en el jardín llorastes
Mientras el rumor de las olas solloza.
Confesaste
La mujer perdiste camino del destierro
La hija en la frontera; el alma en el desierto
Y caminando rompistes
en pena, como las ánimas, vagando
hasta la nueva compañera, rabiando.
Te sé
Y en la fría noche de duermevela,
al amor de la lumbre llegó el sosiego
Te sé
Pero en un reencuentro de azar, vinieron
Aquella madre, aquella hija, aquellos nietos
Ya, de otros hombres, ya otros sujetos
Y al final, doble y pétreo sufrimiento.

¡Maldito exilio, le aniquilantes¡




Elegía


Madre, ya no esta sola
El viento apagó tus gemidos
Y tu grito: ¡Cuidado ¡
Ya no me advierte y sigo aquí
Aguzando los sentidos
Por si alguna nota llegara
¿O ya no hay: ¡cuidado!?
Los peligros pasaron y el río
Los devolvió al mar, ahogándolos.
Sin fe, sin esperanza, con tenacidad
Soportando lo que el misterio da
Y mi hermano ya contigo al amparo
De tu tranquillo, sonriendo el alma
Bajo tus faldas, tus enaguas: feliz
Y, aún, chivándose  a ti
¡Hay, cuanto lo sentí¡
Y yo, ya a la espera del tiempo
Que solos otra vez estemos
En vida os recuerdo
Sufriendo dolor eterno.
Madre, lo duro que es vivir
Y, más sin ti, sin nadie a quien acudir.

Antepasados




Fui a  la montaña buscando un refugio
Y halle una cueva de  Antepasados
Con  vestigios de secretos, hoy, profanados
Señalaban el norte de lo abandonado.

En el centro el hogar del respeto
Para  narración  de amenos cuentos.

Rodeado de piedras para asientos
Escuchaban el aliento, el grito o el lamento,
También cosas de entretenimiento.

En las paredes las oquedades del sueño
Mientras la lumbre baila las sombras
Del peludo bisonte, ya yerto
Por  lanzas de cazadores expertos.

La gente descansa del esfuerzo neto
Invocando  suerte para el próximo encuentro.

Fuera, el oso les espera hambriento.

Dolor







Hoy duele la sangre, sangre infecta
de isótopos desconocidos e inertes,
marcando el sinuoso camino sin retorno
hacia un final de etérea y exacta muerte.
¡Ay dolor!, ¿para ésto serviste?
Si curaras te albergaría en mis entrañas
y con tenacidad resistiría el envite,
pero no. ¿De qué vale sufrirte
si al final vences destronando
los años que tardamos en construirte?
En tus descansos, sin descanso
enhebramos con liturgias inconcientes
las causas que anhelan tus insaciables fuentes
misteriosas, descomunales e hirientes.
¡Ay dolor!, ¿quién te alentó?
¿el amor?, ¿la muerte? ¿quizá yo?
No, la desesperación de saberme impotente.
Hoy, ahí mi hermano, sereno y resplandeciente
de saberse entregado a sus hijos, mujer y muerte.
¡Ay dolor!, nos mutilastes para siempre.





Cauce de río sin retorno
  anegado por los dioses
  para cercar a los hombres
  de Zeus, vencedor de Cronos.
               
  Sus herederos  los invocan
  para ordenar ávidamente
  las premisas de  silogismos
  que en bucles escudriñan
  con sofisticados  artilugios.
               
  Ignorantes de  Principios
  buscan, sin duda, 
  Fines imaginarios.

La Graná




Fruta tardía, incorporada al reino
en hileras de frontera para alimentos,
delimitando los escalonados huertos
en mi Adarve; de temperamento cierto
sois, hoy, el escueto y sabroso aliento
entre pan, ajo y aceite hirviendo,
deparando en sabrosas y sueltas migas
que dulce y lentamente voy consumiendo.


Para mis amigos, granain@

Las campanas




Hoy hay campanas, campanas viejas,
campanas de plata añeja, tañendo;
pretenden muñir décadas de sentimientos
 que el río pavoroso fue puliendo.
Aguas abajo fueron quedando sepultados 
por el barro oscuro, empapados y densos.
Sólo flotaron  ligeros sueños,
que cn remolinos se fueron muy mar adentro,
solos y empujados por el inconsciente viento.
Río, ¡dime que el sueño no es cierto!

La Tiñosa. Priego de Córdoba.




       Sierra altiva, agreste y serena, 
a la espalda del monte santo; 
su huella en mi alma resuena,
jugando, sin querer, con encanto.

En la vida, amando y sufriendo,
derrama en mis entresijos su esencia,
al tiempo intuyo su herencia;
yo soy ella, como ella, viviendo.

Cuando la quise volver a ver
en un enigma transmutó su ser.
Y como yo, queda quedó.

La añoro, con su huella en mí
y el corazón repleto de intenso dolor,
yo estoy sin ella y ella sin mí.

La Tiñosa altiva, agreste y serena.


Allí la guerra





Dunas doradas de cultura y sombras,
dunas volubles de sinuosas formas,
dunas dulces de mujer amada
ayer infinitas hoy cercadas,
ayer vírgenes hoy violadas.

¡Qué desdicha, llegó la Armada ¡

Horadaron vuestras entrañas
para dar jugo a las armas;
emponzoñaron vuestra arena
infectando la escasa agua;
rodaron por los arcaicos senos
todas nuestras alimañas.

Convivisteis con nobles corceles,
también con descalzos pies;
ahora os hollan mortíferos tanques
de dudosa cuna y proceder.

Soberanas de dioses y tumbas,
fúlgidas de faraones y arcano saber,
holladas, vilipendiadas y violadas
por la avaricia del poder:
engullid las diabólicas Armadas
y el sufrimiento que hacen padecer.

¡Qué desdicha, llegó la Armada ¡

Nilo









Caudal de simientes sagradas,
orillas de ibis y palmeras verdes,
que la vieja historia engendras
dando vida a tus gentiles gentes.

En falúas doradas navegamos
con amores de míticos leones
camino de los excelsos tálamos
donde se alumbran faraones.

Río verde de esperanza verde
que la breve existencia divide
entre oriente y occidente.

En tu Este las oscuras tumbas,
y los templos de luz al Oste,
para Norte, tu divina corriente.


África.





Oasis de Buyá


Viajé por África buscando 
las misteriosas fuerzas 
que impulsan la existencia,
la materia de que soy hecho,
las raíces de mis sentimientos.
Y África contestó: !Ay¡ 

Transitó su humanidad
por los confines del planeta
forjando lo negro, lo amarillo,
lo cobre y lo blanco;
¡lo humano¡

Tiempo después, a jirones,
la fueron despojando:
ayer de la tierra,
hoy de sus genes mansos,
mañana de su futuro bravo.
Y ella como buena madre
sigue dando:
ayer el cobijo al blanco,
hoy la plusvalía del trabajo,
¿y mañana?
Los funestos depredadores
la seguirán hollando.

Está esquilmada y abandonada,
es más, amedrentada por el blanco.
Y yo regresé anonadado
al comprender su llanto.

Amor.









Sexo envuelto en negra esclavitud impuesta,
romántico sentimiento de temprana herencia
que perdido en el tiempo no da respuesta.

Centro de la existencia confusa y extraña,
balsa para la agreste e inevitable travesía,
que siempre está al final de la esperanza.
Cuando se da, pronto en el anhelo se esfuma
y la dulce felicidad, trotando, escapa.

En la rueda de la vida da rápidas vueltas
esperando la fuerza centrípeta y misteriosa
que en tierra fértil lo deposite.
Sólo el sol radiante y la humedad necesita
para germinar con ímpetu y tierna tesura.


¡Amor, amor¡

Meconio de vasto efecto, que transportas
a la relajada placidez, sin saber por qué.
Y cuando consumes el fruto maduro de su flor
disipa la pétrea realidad y en la balsa
te arrulla para poder flotar y navegar.


Juventud




Aljuma de los verdes montes, 
en troncos de viejas cepas brotas,
por ardientes lomas y quebradas 
de ondulados y calizos horizontes. 

Jerpa estéril de fútil talento, 
que rudas y torradas manos
podan, para renovar estériles
machías en vides de ricas uvas, 
que el sol madura a paso lento
hasta enriquecer los delicados vinos,
que las ignotas vidas gratifican. 

Guernica.








Caballo serrano y tordo, 
de oscura crin y poderoso, 
llévame al verde monte, 
llévame al río caudaloso 
y también al marino mar. 


Enséñame el vasto mundo
  que solo no puedo gozar: 
el aire fresco al trotar, 
el sol cuando sales a caminar 
y la flor delicada al pastar.


Quita el miedo de tus ojos
al ver las bombas explotar, 
el espanto de tu boca 
de la sangre roja brotar, 
el temblor de tus finas patas 
de la extensa tierra vibrar 
y el sudor de tu torda piel 
al sentir tanta adversidad. 


Caballo serrano y tordo 
de oscura crin y poderoso, 
enseña el mundo hermoso 
y deja de relinchar, 
que la violencia está en la vida 
como la brisa en el trotar.

A.O.G.





      


De Antonio Ortiz Gacto se dicen muchas cosas: 
“Es muy serio en lo que hace y divertido lo que ha echo”.
“En A.O.G. todo funciona a escala del hombre y todo es arte”. 
"Convierte el cemento y el hierro en hogar y templo".
También dicen que está enraizado en Macondo, pero yo sé que es de Córdoba. Las historias que pinta con colores explosivos o simple plumilla son verdadera crítica hiperbólica de cuanto le rodea: la vida.
Para mi es mucho más: hace muchos años, en época del Concilio Vaticano II, visité la iglesia que proyectó en Aguadulce (Almería) y recé; esa misma noche fui a la discoteca que diseñó y pequé y, cuando me alojé en su casa, viví: ¡Kikaa...!
Sin Kika no seria hoy A.O.G. Kika es su mujer, y el hito de un antes y un después en su vida.
No hay día que no les recuerde con amistad y cariño, porque en cada pared de mi casa les veo.
Su obra es el revulsivo de mi conciencia.
Y hoy, desde la distancia, a su lado, impotente para aliviar sus padecimientos, los propios de hombres elegidos  —Séneca—, que dan sentido a la amistad y a la vida:


Frío entra en el cuerpo
congelando el aliento,
si el gen defectuoso
muestra su talento.

El cerebro reverbera
organizando el cuerpo,
anonadando la conciencia
al sentir el ser enfermo.

Después la recuperación
y, con titánico esfuerzo,
se procura sanar el cuerpo
con el isótopo impuesto.

De tarde en tarde,
de noche en noche,
todas las mañanas:
el sufrimiento.

¡Bendito gen, si no trae defecto!