Elegía


Madre, ya no esta sola
El viento apagó tus gemidos
Y tu grito: ¡Cuidado ¡
Ya no me advierte y sigo aquí
Aguzando los sentidos
Por si alguna nota llegara
¿O ya no hay: ¡cuidado!?
Los peligros pasaron y el río
Los devolvió al mar, ahogándolos.
Sin fe, sin esperanza, con tenacidad
Soportando lo que el misterio da
Y mi hermano ya contigo al amparo
De tu tranquillo, sonriendo el alma
Bajo tus faldas, tus enaguas: feliz
Y, aún, chivándose  a ti
¡Hay, cuanto lo sentí¡
Y yo, ya a la espera del tiempo
Que solos otra vez estemos
En vida os recuerdo
Sufriendo dolor eterno.
Madre, lo duro que es vivir
Y, más sin ti, sin nadie a quien acudir.

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